La realización de comportamientos sociales adecuados ayudar a mostrar bienestar, genera sentimientos de inclusión en el grupo de iguales, mayor seguridad y adaptación. Todo esto influye en la autoestima.
Cuando estos comportamientos sociales adecuados no están en el bagaje conductual de una persona, de un niño o una niña, requerirá orientación y entrenamiento para adquirirlos.
Las relaciones sociales son inherentes a la persona para el desarrollo de la sociedad, así como para conseguir la madurez individual y el bienestar necesario para desarrollar una vida plena. Cuando esto no se logra, pueden apareces multitud de problemas personales.
De qué forma se pueden entrenar y aprender la asertividad y las habilidades sociales, cuáles son las más utilizadas y cuándo es necesario trabajar estas dificultades comunicativas y relacionales, requieren de una exploración conjunta del profesional con la persona que consulta.
Hablaremos de algunas causas posibles para mostrar esta dificultad
En primer lugar está la inmadurez. Es el caso de los niños y niñas que aún se han enfrentado poco a las relaciones sociales. Esto se suele mejorar con la edad, pero también se les puede enseñar desde casa. Hay quien piensa que las conductas sociales están impresas en el temperamento. Sin embargo, la empatía, la solución de conflictos, la negociación y el pacto, la presentación ante los demás y un largo etc. es necesario adiestrar porque requieren de un aprendizaje. Cuanto más se practican las habilidades, mayor destreza se consigue con ellas.
Pueden darse también dificultades sociales durante la ocurrencia de un trastorno. En este caso el tratamiento está aconsejado para ambas situaciones.
El comportamiento abarca distintas formas de comunicación y estás dependen muchas veces del aprendizaje realizado. Las relaciones con padre y madre, las relaciones en la escuela, las relaciones en el barrio, las relaciones con las y los amigas y amigos, … Los modelos educativos en definitiva.
Comportarse de forma agresiva, sumisa o evitativa y asertiva requiere de la calidad de las relaciones sociales. Y viceversa. Es decir, poner blanco sobre negro aquello que se está haciendo con los demás.
El déficit de asertividad redundará sobre la resolución de conflictos, la capacidad para decir no cuando el no cuesta, el afrontamiento de problemas, hacer y recibir críticas, expresar sentimientos, la calidad de las relaciones interpersonales e intrapersonal.